Aunque todavía no ha terminado, parece que 2022 va a ser recordado como uno de los peores años con respecto a la llegada de migración irregular a las fronteras europeas, pues la presión migratoria ha aumentado en todas las rutas, excepto en la del Mediterráneo Occidental que conecta España con el norte de Argelia y Marruecos.
Según datos de la agencia europea Frontex, en los primeros siete meses del año, han cruzado ilegalmente las fronteras de Europa, 155.090 personas, un 86% más que en el mismo período de 2021.
La crisis económica derivada de la pandemia, sumada a la falta de suministros y materias primas que está provocando la guerra de Ucrania, junto con las consecuencias de la crisis climática y el avance del fundamentalismo islámico en países de África y Asia, están haciendo que, cada vez más personas estén dispuestas a abandonar sus hogares para llegar a Europa.
Desde el año 2016 no se veía este volumen de entradas irregulares, que en aquel momento fue provocado por la guerra de Siria. Y mientras tanto, los veintisiete países que forman la Unión Europea siguen negociando para poder llegar a un pacto de asilo y migración con el que se espera poder frenar estas olas y dar una mayor seguridad jurídica a los migrantes que llegan a Europa.
Las llegadas a Canarias aumentan y bajan las del Estrecho
Pese a que las rutas migratorias hacia España son las únicas que han bajado de todo el territorio europeo, hay que estudiarlas aparte para poder entenderlas. Pues, aunque según Frontex a 31 de julio se ha registrado la llegada de 16.000 personas (un 3,3% menos que el año pasado), la ruta para llegar a las Islas Canarias ha crecido un 25% más al recibir a 9.500 migrantes.
No obstante, la ruta del Mediterráneo Occidental, así como la del Estrecho, han registrado una caída del 25% con respecto a las del año anterior, tal como coinciden en datos Frontex y el Ministerio del Interior español.
Esto se debe, principalmente, a la buena relación entre España y Marruecos que ha hecho que este último haya aumentado la seguridad en la fachada atlántica para evitar la salida de pateras. Además del aumento en 500 millones de euros en el presupuesto que recibe Marruecos por parte de la Unión Europea para el control de las fronteras con África.
Según datos obtenidos por El País, en 2021 Marruecos frenaba al 19% de personas que intentaban embarcar en sus costas para llegar a España, en 2022 esa cifra ha aumentado hasta un 25%. En este objetivo también trabajan conjuntamente países como Mauritania y Senegal. Pero todo esto no es suficiente, pues la presión migratoria es tan alta, que pese al esfuerzo de estos países, en 2022 han llegado a Canarias cerca de 10.000 personas, el 45% de ellas, de origen marroquí. Si se mantiene este ritmo en los meses que quedan, se podría igualar o superar la cifra del año pasado, 22.000 llegadas.
Aun así, la presión de la policía marroquí se nota, especialmente en la zona del Estrecho, donde las salidas son cada vez menos frecuentes desde el pasado 2019. Es la única ruta hacia España que se da por controlada. Sin embargo, habrá que esperar a los meses de otoño, cuando las condiciones meteorológicas del mar son más suaves, para saber de verdad si esta ruta sigue siendo de las menos frecuentadas.
Aumenta la llegada por los Balcanes
No obstante, aunque siempre suelen ocupar los titulares las rutas del Mediterráneo y el Atlántico, la ruta terrestre por los Balcanes occidentales sigue siendo la más transitada. Cada semana, son miles los intentos de cruzar las fronteras que separan Bosnia de Croacia y Serbia de Croacia, Hungría o Rumanía.
Durante los primeros siete meses de 2021, se han registrado 70.770 llegadas, el triple que en 2021, y sin contar a los ucranianos que huyen de la guerra, un colectivo al que Frontex ha dejado fuera de su informe. Este paso por los Balcanes está transitado principalmente por afganos, sirios, indios, bangladesíes, pakistaníes e iraquíes.
Por otro lado también está la llamada ruta del Mediterráneo central, las más transitada en relación con el mar. En lo que llevamos de 2022, un total de 42.549 personas han desembarcado en Italia o Malta procedentes de países como Libia, Túnez o Argelia.
Pese a que Malta solo ha registrado la llegada de 30 personas, las llegadas a Italia han aumentado en un 44% con respecto a 2021, pues solo los primeros diez días de julio llegaron a sus costas 8.000 personas. Entre las cinco nacionalidades principales que llegan a Italia, no hay ninguna subsahariana, la gran mayoría son egipcios y bangladesíes.
Aun con unas cifras bastante moderadas, la ruta del Mediterráneo oriental ha experimentado un auge del 133% hasta julio de 2021, llegando a las 22.601 personas que han alcanzado las costas de Grecia y Chipre de forma irregular. Una cifra que podría ser mucho mayor si no fuera por el número de intercepciones realizadas por los guardacostas turcos con ayuda de los griegos, que hasta comienzos de julio evitaron la salida de 38.147 personas, un 56% más que en 2021 según datos de Frontex.
En su informe, la agencia europea también manda un aviso a los países europeos y les recuerda que las crisis climática global podría ocasionar un mayor número de desplazamientos en los próximos años.