La migración irregular no entiende de etnias, ni de orígenes. Ni de sexos ni de edades. No existe un migrante tipo. Lo que se obtiene de los balances que se realizan a partir de las salidas de cayucos desde África occidental son ciertas tendencias. Hasta ahora, la mayoría de los candidatos a la migración son hombres jóvenes, pero esto no quiere decir que no estén implicadas mujeres, o niños, o personas más adultas. Dicho esto, resulta interesante estudiar el caso específico de la etnia lebú de Senegal, conocida como la “etnia de los pescadores”.
Tal y como explicaba Papa Demba Fall, profesor de la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar y director de la Red Africana de Estudios sobre Migraciones Internacionales, uno de los rasgos definitorios de los lebú es que son los propietarios de la mayoría de las tierras de Dakar, debido a que fueron los primeros en llegar a la capital y asentarse.
Por ejemplo, Thiaroye, en Dakar, acogió durante años a poblaciones procedentes de otras regiones – sobre todo, rurales – de Senegal que venían para aprovechar el beneficio económico que estaban obteniendo los lebús por sus actividades: la pesca y la posesión de tierras. Estas poblaciones fueron comprando tierras a los lebús para poder asentarse.
Por ello, en cierta manera, en los barrios considerados históricamente lebús, los pertenecientes a esta etnia se han vuelto minoritarios, sin embargo, siguen conservando sus roles sociales, entre otros, constituir la autoridad local. Para comprender su implicación en la migración irregular, es importante entender el desarrollo histórico de esta comunidad, que ha pasado de ser la autoridad política y económica a ser solo la política, ya que la economía en los barrios de la etnia de los pescadores está ahora controlada, mayoritariamente, por los naturales de otras regiones, por ejemplo, los denominados baol-baol.
Hoy en día, en palabras del profesor Fall, existe un grave problema en la comunidad lebú, y es la falta de tierra, porque durante años han sido vendidas o reconvertidas en zonas de habitación. Por tanto, estas tierras ya no solo no les pertenecen, sino que, además, ya no son zonas de cultivo, lo cual se convierte en otro motivo por el cuál las ganancias de los lebú han disminuido considerablemente. Esto, unido al empeoramiento de las condiciones de pesca, fue dirigiendo a los lebú hacia la migración irregular. De hecho, la situación económica de esta etnia se une a que, generalmente, no existe un nivel educativo o intelectual, lo cual también influye en la migración.
Otro factor es que, cuando el colegio y la educación comenzaron a presentarse en la sociedad senegalesa como una forma de ascensión social y de acceso al empleo, los lebú no lo vieron como necesario porque ya tenían la pesca y el cultivo de la tierra. Esta tendencia, según los expertos, se ha alargado en el tiempo, así, la migración interesa a los lebús porque es una estrategia de acceso a los recursos.
A través de la migración esperan cambiar su vida, de hecho, ha llegado un punto en el que los migrantes son más valorados por esta comunidad que los estudiantes. En palabras de Mamadou Dimé, profesor y sociólogo en la Universidad Gaston Berger de Saint Louis, “la no escolarización es una realidad en las comunidades de pescadores, por ello, podemos pensar que la ausencia de perspectivas profesionales puede contribuir a hacer de la migración la principal forma de ascensión social”.
“El primer migrante en los pueblos lebú no fue necesariamente miembro de la etnia, sino más bien, un descendiente de las poblaciones que vinieron para aprovecharse de la prosperidad local. En el momento en el que la bonanza económica comenzó a caer, dichos descendientes fueron los primeros en integrar la migración clandestina” aclara Demba Fall.
Tal y como expresa el profesor Dimé, la migración se ha convertido en un vehículo de ascensión social en las comunidades lebú. Además, el éxito social tiene una conexión con lo material muy fuerte, es decir, poder construir una casa, poseer un vehículo, poder llevar a los padres a la Meca, es decir, obtener dinero de forma rápida. Así, la migración es percibida por los lebús como un instrumento para alcanzar este éxito. De hecho, los candidatos a la migración que han llegado con vida a España se convierten en referentes en sus comunidades de origen, y son vistos por muchos jóvenes como modelos a replicar.