La Lengua de la Barbarie, en Saint Louis, se caracteriza por el ajetreo que se vive en el puerto de forma diaria, donde llegan los pescadores días después de haber zarpado en sus pintorescos cayucos, y las mujeres compran el pescado para después revenderlo en Saint Louis. También es llamativo el sinfín de camiones que aguardan a que los hombres transporten el pescado con sus características cajas de plástico. Una vez cargados, los camiones distribuyen el producto al resto de países de la región.
La Lengua de la Barbarie se compone de distintos barrios de pescadores pertenecientes a la etnia lebú. En uno de esos barrios, Guet Ndar, hay dos cosas que llaman la atención: la cantidad de niños y de ovejas presentes en las calles. Se estima que la edad media de esta parte de la Lengua es de 14 años. La impresión de sobrepoblación de la lengua de la Barbarie es cierta principalmente por la poligamia, pero es sobre todo un problema de espacio y concentración. Las casas se han densificado, los hijos crecen y no abandonan la vivienda familiar, sino que se quedan son sus mujeres e hijos.
Para los Lebús de estos barrios es totalmente natural tener una media de siete hijos, lo cual se convierte en una de las marcas distintivas de esta comunidad. Los niños se consideran una riqueza y mano de obra, por ello, las políticas antinatalistas puestas en marcha por el gobierno no calan en estas comunidades, ya que la gente está convencida de que Dios decide cuántos hijos han de tener. Además, también es relevante la pronta edad del matrimonio. No estar casado con 16 o 17 años, según relata el profesor de la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar, Papa Demba Fall, es percibido como una catástrofe.
Los lebú son conocidos por haber sido los dueños de las tierras y del mar, pues se han dedicado sobre todo a la agricultura y a la pesca. Sin embargo, tras la venta de tierras que se llevó a cabo como una forma para ganar dinero más rápido, no quedan metros cuadrados libres. Es cierto que también prefieren quedarse en la vivienda familiar para no alejarse de su lugar de trabajo, el mar, pero la densificación de la Lengua es cada vez más preocupante.
En cuanto a los tres barrios lebú de la lengua de la Barbarie, Guet Ndar, Goxu Mbathie y Santhiaba, hay que añadir que no solo son senegaleses pertenecientes a esta etnia los que habitan en estos barrios, muchos de ellos son jóvenes naturales de zonas como Thies o Diourbel que vienen a trabajar a la costa debido a la degradación de la economía que han sufrido igualmente estas regiones. Muchos de ellos, llegan a Saint Louis con la idea de iniciar un proyecto migratorio, al igual que nacionales de otros países de la subregión. Por ello, no solo es interesante analizar las dinámicas sociales de la comunidad lebú, sino más bien, de la amalgama de perfiles que están presentes en la zona más poblada por metro cuadrado de Senegal.
Uno de los rasgos más distintivos de estos barrios de pescadores es que cuando el colegio y la educación comenzaron a presentarse en la sociedad senegalesa como una forma de ascensión social y de acceso al empleo, los lebú no lo vieron como necesario porque ya tenían la pesca y la tierra. Esta tendencia ha continuado en el tiempo, así, la migración interesa a los lebú porque es una estrategia de acceso a los recursos. A través de la migración esperan cambiar su vida. De hecho, ha llegado un punto en el que los migrantes son más valorados por esta comunidad que los estudiantes. La falta de educación o de integración en el sistema educativo queda patente en el hecho de que la mayoría de los lebú no hablan francés, lengua oficial de la República y estudiada en los colegios senegaleses.
Según Mamadou Dimé, sociólogo y profesor de la Universidad Gastor Berber de Saint Louis, no se puede afirmar que la mayoría de los niños lebú de la Lengua de la Barbarie no estén escolarizados por la ausencia de datos que lo demuestren. No obstante, la no escolarización es una realidad en las comunidades de pescadores, por ello, podemos pensar que la ausencia de perspectivas profesionales puede contribuir a hacer de la migración la principal forma de ascenso social.