Moussa Seydou Diallo, presidente de la Asociación de Periodistas en Migración y Seguridad de Senegal (AJMS) es también periodista especializado en el estudio de las migraciones africanas. En una de las salas de conferencia de la Casa de la Prensa de Dakar, Diallo relata que la necesidad de investigar las migraciones intraafricanas surge debido a que su lugar de nacimiento, Kedougou, es una región transfronteriza – colinda con Guinea Conakry al sur y con Malí al este – y por ello creyó necesario estudiar la relación existente entre la migración y el desarrollo, así como la migración y la seguridad. Pero su decisión no viene solo de ahí, también se vio motivada por el convencimiento de evitar que los jóvenes senegaleses arriesguen sus vidas en el mar o en el desierto.
La migración por mar desde Senegal suele ser la más llamativa, pero ¿qué pasa con la migración en y desde las zonas rurales?
No voy a llamar migración al movimiento desde las zonas rurales hacia Dakar, prefiero utilizar el término movilidad o, si se quiere, éxodo, es decir, el movimiento desde Dakar hacia las regiones y viceversa. Hay que saber que, en Senegal, Dakar concentra la infraestructura, pero también todo lo que es oportunidad.
Es un hecho que un joven nacido en alguna de las remotas regiones de Senegal, que no tiene universidad, y que tampoco puede resolver ciertas cosas in situ, se ve obligado a trasladarse a Dakar. El otro hecho es también la catástrofe climática o natural. A veces, cuando hay inundaciones o sequías, los habitantes de las zonas rurales no tienen suficiente para satisfacer sus necesidades. Para ayudar a sus familias se ven obligados a trasladarse a grandes ciudades como Dakar para conseguir un empleo temporal.
Este desplazamiento interno, que llamaré movilidad intraurbana, es lo que motiva a la gente de las zonas rurales a trasladarse a Dakar, pero también es importante saber que la gente de Dakar hoy en día tiene tendencia a desplazarse al interior de las regiones, bien por turismo cultural, bien por ocio, o en cualquier caso por descubrimiento o para visitar gente. Por supuesto, se habla mucho de la migración por mar, pero también existe la migración por tierra, y, sin embargo, es mucho más importante.
¿Influye la política migratoria de la CEDEAO en la migración irregular?
Yo no diría que influye en la migración irregular, pero hay que saber que la CEDEAO no tiene una política migratoria, sino que dispone del Protocolo de 1979 y de su texto adicional, que garantiza la libre circulación de personas y mercancías en el espacio de la CEDEAO.
El obstáculo es que hay algunos estados de la CEDEAO que no cumplen con ciertas disposiciones que deben tomarse. Pongo el ejemplo del documento de identidad de la CEDEAO: de los 15 países de la CEDEAO, sólo cinco lo tienen. Así que esto ya crea problemas para asegurar o garantizar la libre circulación de personas y mercancías dentro del área. El marco existe, el marco está ahí, pero hoy son los Estados los que deben hacer esfuerzos para que la libre circulación de personas y mercancías sea efectiva, porque podemos ver que los productos circulan mejor y más que las personas que los producen.
Entre los Estados africanos no podemos hablar de migración irregular. Es entre Europa y África donde hay que hablar de migraciones irregulares/ilegales, pero a nivel de los 15 países de la CEDEAO estas migraciones son relaciones naturales que viven los pueblos. La gente se ha desplazado desde tiempos históricos entre los distintos estados.
¿Cómo puede el gobierno senegalés disuadir a los jóvenes de emprender la migración irregular?
El Estado debe adoptar políticas estructurales, que tengan en cuenta las preocupaciones y las aspiraciones de los jóvenes. Para que estos jóvenes se queden y den la espalda a la emigración irregular, el Estado debe invertir en formación, en la educación, pero también en el empleo y en el espíritu empresarial, así fomentar el desarrollo de la agricultura, de la agroindustria, y también de las pequeñas y medianas empresas para que estos jóvenes tengan esperanza.
No se trata de formar a los jóvenes por formarlos, sino que, una vez terminada su formación, puedan entrar en el mercado laboral y vivir de su formación. El otro aspecto es que los Estados africanos deben avanzar hacia la eliminación de las restricciones que impiden la migración regular, es decir, el visado. Lo que deben hacer los Estados para luchar contra la migración irregular es eliminar los visados o bien hacerlos accesibles a cualquier persona africana que necesite desplazarse, ya que, recuerdo, la migración es un derecho consagrado en el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por lo que no podemos privar a los nacionales africanos de este derecho fundamental.
Creo que, si regulamos e invertimos a través de la política la empleabilidad de los jóvenes y reducimos las condiciones de acceso a los visados, esto podría realmente permitir a los jóvenes dar la espalda a la migración irregular.
En Senegal, ¿se puede hablar de migración sin tener en cuenta el aspecto de la seguridad?
Eso no es posible, los dos están vinculados. Cuando no se gestiona el tema de la migración puede haber incidentes de seguridad, tanto dentro como fuera del país. Pongo un ejemplo, muchos candidatos son al principio jóvenes que han dejado su casa para ir a un destino determinado, a un destino B.
Pero en el camino pueden ser víctimas de secuestros, pueden ser asaltados o pueden ser recogidos en medio del desierto, y ser convertidos en yihadistas o terroristas. Para evitarlo, hay que tomar medidas a nivel interno, pero también a nivel externo, en colaboración con los demás países fronterizos de Senegal. Creo que Senegal, con la creación del Comité Interministerial de Lucha contra la Emigración Irregular, el CILEC, está trabajando en ello. En mi opinión, hoy no podemos disociar el aspecto migratorio del aspecto de la seguridad.
¿Qué lleva a un joven senegalés lanzarse al mar para llegar a Europa? ¿Cuáles son sus expectativas?
A menudo es la desesperación lo que empuja a los jóvenes a marcharse, a veces la pobreza, a veces el desempleo, pero esto hay que relativizarlo. Del mismo modo que en los países africanos la gente se queja de la pobreza, del desempleo o de las condiciones de vida, también en Europa la gente se queja del desempleo, así que hay que relativizar esta cuestión. La gente trabaja en Senegal, pero el problema es que no ganan lo suficiente. Sus trabajos no les permiten cubrir sus necesidades. A esto lo llamo la precariedad del empleo, así que esta es otra razón por la que los jóvenes se van.
La mayoría de los jóvenes que se están marchando en este momento son jóvenes que ya tenían un trabajo en Senegal, que estaban en la economía informal y que deciden en un momento dado, bien, vender los bienes que tenían para probar suerte, o bien pedir un préstamo para marcharse. También es el caso de jóvenes funcionarios, que son empleados del Estado, pero que deciden marcharse porque simplemente no se ganan bien la vida. En este nivel, es el Estado el que debe revalorizar los salarios, pero también los complementos de renta de los trabajadores. En este nivel, debo destacar los esfuerzos realizados recientemente por el gobierno senegalés, pues hay ciertas categorías de trabajadores que se han beneficiado de la mejora de las condiciones laborales.
Otro aspecto que influye en la partida de los jóvenes es la situación a nivel familiar. Se trata sobre todo de la situación en las familias polígamas, es decir, la rivalidad entre las madres y el peso social que esto supone para los jóvenes. Esta situación familiar empuja a los jóvenes a querer salir, porque, por ejemplo, en algún lugar, el hijo de la co-esposa de una mujer, que ha migrado y ha triunfado, hace que el hijo de esta mujer emprenda una misión para hacer lo mismo y ayudar a su madre a salir adelante. Son situaciones de injusticia familiar y social, que a veces hacen que algunos jóvenes piensen que la mejor manera de conseguir justicia o solucionar una injusticia es marcharse.
¿Qué significa para las comunidades senegalesas que los jóvenes vayan a Europa a buscarse la vida o mueran en el intento?
Tal vez los jóvenes se van porque piensan que una vez en Europa pueden encontrar mejores condiciones que las que dejaron en su país, lo que en mi opinión es totalmente erróneo. A menudo reciben influencias o han recibido mensajes falsos que les hacen creer que lo que pueden tener en Europa no lo podrían tener en África. Para mí eso es falta de confianza en uno mismo, pero también es insultar al futuro.
Creo que se trata más bien de tener una postura responsable, de pensar, y cuando se quiere emprender un viaje, se trata de tener un plan. La mayoría de los compatriotas que viajan, por desgracia, lo hacen a países en los que ni siquiera hablan el idioma. Hay senegaleses que van a Italia, que van a España, pero lo mínimo cuando vas a un país como Italia es que al menos hables italiano, o español o inglés. Lo principal es que la gente se entere de que se han ido. Es suficiente. Y para mí eso es peligroso y arriesgado.
¿Podrían estos jóvenes tener oportunidades en Senegal?
Obviamente pueden tener oportunidades, pero algunos de ellos dicen que estas oportunidades no son accesibles. Les recuerdo que el Estado de Senegal, aunque aún queda trabajo por hacer, ya ha tomado iniciativas. Por ejemplo, cuenta con un fondo para fomentar el empleo juvenil, de 450.000 millones de cefas (unos 686.000 euros) para los próximos tres años para emplear a los jóvenes.
También hay estructuras estatales, como el museo del empleo. Existe el Convenio Estado-Empresa, que no sólo anima al empresario a contratar, sino que también permite a los jóvenes encontrar un empleo en la medida en que los costes se reparten entre el Estado y el empresario. También está el DER/FJ, que participa en la financiación del emprendimiento rápido de mujeres y jóvenes. Está el fondo para la formación profesional y técnica, es decir, los tres FPT, que son iniciativas creadas para que los jóvenes y las mujeres encuentren su camino.
Ahora bien, lo que hay que lamentar es la falta de coordinación en estas diferentes estructuras estatales que hace que no sepamos quién es quién, quién hace qué, y cuál es el objetivo de cada quién, lo que significa que hay mucho dinero que el Estado pierde. Además, no permite a los jóvenes acceder a estos fondos. Creo que el Estado debe corregir la situación, pero no es que falten nichos o posibilidades en Senegal, sino que la accesibilidad a estos nichos plantea problemas.
¿Cuánto dinero puede costar a un joven viajar a Canarias por mar?
No hay una cantidad fija. Verás gente que tendrá un presupuesto de 500.000 cefas (762 euros, aproximadamente), otros tienen un presupuesto de un millón o incluso dos millones (1524 y 3048 euros, respectivamente), dependiendo del viaje. Hay veces que no es un viaje directo. Si tienen que pasar por Marruecos, o por los países del norte el viaje se encarece mucho. Pero si es una sola piragua desde aquí con 350.000 cefas llegas a Canarias.
¿Son importantes las redes sociales en la decisión de viajar?
Las redes sociales hoy en día son un desastre, sobre todo cuando no se utilizan correctamente. Es esencialmente a través de las redes sociales que los jóvenes africanos son influenciados para irse. Esto es porque algunos de los senegaleses que están fuera son inconscientes e intentan vender una imagen falsa de sí mismos. Cuando están en Europa quieren mostrar a los de su país de origen que su situación ha cambiado, lo cual es muy fácil porque hay casas y edificios bien construidos, coches de lujo, hay muchas cosas.
El joven senegalés que está aquí, en Senegal, que no entiende, piensa que el tipo ahora ha cambiado, no se da cuenta de que, en realidad, lo que muestra o donde está, no es para él o ni siquiera conoce el lugar. A este respecto creo que también hay que hacer un filtro. Corresponde al Estado de Senegal, en mi humilde opinión, disponer de medios para gestionar estos datos o, en todo caso, para filtrar lo que puede publicarse o no, no sólo para proteger a los jóvenes senegaleses, para prevenir los casos de influencia e incluso de tráfico de migrantes.
¿Conoce a alguien que haya intentado ir a Europa y haya acabado quedándose en Senegal? ¿O alguien que decidiese volver?
Sí, pongo de ejemplo el caso de un joven, reservaré su nombre, pero es de una región del interior de Senegal que se dedicaba a la fotografía, también al arte. Cuando se fue, lo hizo por Kaolack. Cogió el autobús para ir a Mali, a Burkina y luego a Níger. De Níger se embarcó para ir a Agadez donde pagó 32.500 cefas (unos 50 euros) y de Agadez pagó otra suma para acabar en Libia. Una vez allí, le vendieron en dos ocasiones. Le estafaron una primera vez unos 450.000 cefas (686 euros) y una segunda, 100.000 cefas (150 euros) para poder hacer el viaje a Italia.
En Libia ha pasado por unas experiencias que mejor no contarlas. Hay que ser muy fuerte para ver la cabeza de alguien cortada ante tus ojos. Ver cómo se cortan las cabezas así, como si fueran comida, es atroz. Pero cuando llegó al otro lado, a Italia, tuvo la suerte de ser acogido por un centro, a pesar de que los primeros meses no fueron fáciles. Se pasaba la vida en los trenes y en el metro.
Hay otro caso, un senegalés que también se fue vía Libia, pero no le fue bien. Este chico era de Medina, era rapero y también se dedicaba al pequeño comercio, pero tuvo la mala suerte de ser repatriado. Cogió un cayuco, y cuenta que si hubiese sabido las condiciones en las que iba a viajar antes de embarcarse nunca hubiera dejado Senegal. Hoy está aquí (en Dakar) comerciando, pero también haciendo su música. Los casos no tienen fin.