El barrio de Lavapiés en Madrid en una soleada tarde de octubre es el testigo del reencuentro de dos grandes amigos, hermanos como ellos mismos se describen, que nacieron y crecieron en el mismo pueblo de Senegal, Kaya, para volverse a ver en España después de haber sobrevivido a un viaje en patera a través del Atlántico.
Nuestro colaborador Thimbo Samb entrevista a Serigne Mbayé, miembro del partido político Podemos, actualmente representado en la Asamblea de Madrid, exportavoz del Sindicato de materos, dueño de un restaurante, exmantero y migrante que llegó a las costas canarias en 2006 a bordo de una patera, como muchos de sus compatriotas.
“¿Ha merecido la pena el viaje?”, le pregunta Samb en un momento de la entrevista, a lo que Mbayé responde con rotundidad, “un 50/50. En determinadas cosas sí, en otras cosas no, porque he vivido momentos súper jodidos, súper, súper jodidos que me planteé volver y también ahora estoy viviendo momentos que me animan, como sí, qué bien has aguantado y sigue y sigue”.
No obstante, pese a los momentos buenos que ahora está viviendo, Mbayé no puede obviar el hecho de que ya “no pertenece a ninguna tierra”, pues en su pueblo natal no puede evitar sentirse un extraño y en España todavía hay muchas personas que le tratan como un extranjero.
“Yo ya no soy de ninguna tierra, la verdad, tengo familia aquí, tengo familia allí. No soy de allí ni de aquí, porque aquí me miran como no eres de aquí. Allí lo mismo, cuando vuelvo siempre te dicen: “Has venido de vacaciones,¿cuándo te vas?”. Como cosas así, ya no eres de ninguna tierra y es muy triste, es muy triste. La gente cree que vivimos de maravilla, pero vivimos tristemente ciertas cosas”.
De hecho, pese a que su historia podría parecer un “caso de éxito”, Mbayé avisa de que no es un ejemplo a tener en cuenta para los jóvenes africanos que se estén planteando venir a Europa de manera irregular.
“En muchas cosas no soy un buen ejemplo, porque si me cogen como un ejemplo, este que estaba aquí, este que ha hecho no sé qué, no sé cuánto, ha llegado ahí y eso tal… Eso no. Porque este Serigne, hay miles y miles que están sufriendo aquí. Porque la vida no es una maravilla como lo pensamos desde ahí antes de venir aquí”.
Y lanza una advertencia a todos los jóvenes, las rede sociales es una herramienta peligrosa, pues no deben tomarse como una referencia para decidir si uno se ha de jugar la vida en el mar o no.
“[La redes sociales] es una de las cosas que más llama a la gente. Siempre lo digo y se lo digo a los chicos, que no hay que dar esta imagen de que estoy de maravilla y no lo estás. Tu manera de vestir, dónde te haces las fotos y todo, aunque no te des cuenta, está llamando a otras personas. Así que hay que vivir tal como tenemos que hacerlo y no presumir, presumir es lo que está matando también a muchísima gente. Así que llamo a todo el mundo a que mire bien las cosas antes de subirlas, que la vida aquí no es una maravilla, que cuenten la verdad”.