Tras más de 20 días en el mar y con 230 migrantes a bordo, el barco Ocean Viking de la ONG SOS Mediterranée va a poder desembarcar en un puerto francés, después de que el gobierno italiano se haya negado a acogerlo en sus costas.
“La situación es realmente crítica. Esta mañana hemos tenido que evacuar a tres personas en situación de emergencia al hospital de Córcega. Quedan 230 supervivientes a bordo, incluyendo 56 menores. Hay 17 personas que necesitan atención mediática urgente. Llevan 21 días a bordo y todo el mundo está agotado. Tras el anuncio de Francia por fin están aliviados de poder tener pronto una solución”, aseguraba al periódico El Mundo, Louise Guillaumat, vicedirectora de operaciones de SOS Mediterranée.
Según han informado, el barco desembarcará en el puerto de la ciudad francesa de Tolón a lo largo del próximo sábado 12 de noviembre.
Pese a la decisión tomada por el gobierno francés, este ha querido aclarar que ha sido con “carácter excepcional”, además de adelantar que va a tener consecuencias para el gobierno italiano.
“Lamentamos que Italia no haya estado a la altura del deber de humanidad”, aseguraba el ministro de francés del Interior, Gerard Darmanin en una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, “el comportamiento de Italia es contrario al derecho internacional, a la solidaridad y a los compromisos que el Gobierno italiano adquirió hace unas semanas antes de la llegada de las nuevas autoridades al poder”.
Francia ya ha anunciado las tres primeras medidas que va a tomar contra Italia. La primera de ellas, cancelar la acogida de 3.500 refugiados que, tras desembarcar en puertos italianos hace meses, iban a ser enviados a Francia antes del próximo verano de 2023, siguiendo el precepto de solidaridad europeo.
Darmanin también hizo un llamamiento a Alemania y a otros países europeos para que infringiesen el mismo “castigo” al gobierno de Meloni.
La segunda, es el refuerzo de los controles en la frontera terrestre entre Italia y Francia y la tercera es que se tendrá en cuenta este comportamiento del gobierno de Roma de cara a revisar distintos aspectos de su relación bilateral.
Por su parte, la ONG SOS Mediterranée ha criticado duramente la decisión tomada por el gobierno galo, “es el peor momento para debilitar el mecanismo de recolocación, es un verdadero error por parte de París. Es intolerable e ilegal que Italia no permita el desembarco en sus costas, pero esto no le da el derecho a Francia a salirse del mecanismo de solidaridad europea”, criticaba la responsable de la organización, Guillaumat.
Los últimos migrantes de los 900 atrapados en el mar
Los más de 200 migrantes que viajan a bordo del Ocean Viking y que van a desembarcar en Francia, son los últimos de los 900 que llevaban más de dos semanas atrapados en el Mediterráneo en diferentes barcos de tres ONGs que esperaban que Italia les diese luz verde a entrar en uno de sus puertos.
El pasado 9 de noviembre, tanto el Geo Barents de Médicos sin Fronteras como el Humanity One de SOS Humanity, dejaban el puerto de Catania en Sicilia para volver a embarcarse en su misión de rescate en el Mediterráneo después de haber desembarcado a los 213 y 35 migrantes, respectivamente, que ambos llevaban a bordo.
Hacía una semana que el Geo Barents había desembarcado a parte de los más de 500 migrantes que había rescatado en el Mediterráneo, pues las autoridades italianas solo les había permitido bajar a tierra a aquellas personas cuya salud estuviese en peligro o que fuesen menores de edad.
Una decisión que la ONG acató pero con la que mostró su desaprobación, luchando en redes sociales y a nivel mediático para que Italia acogiese a todos los migrantes que todavía estaban a bordo.