Desde que Madrid y Rabat se reconciliasen en marzo de 2022, las llegadas de migrantes irregulares se han reducido en un 25%, aunque sigue siendo preocupante que la gran mayoría de los que desembarcan son marroquíes.
Otros de los asuntos prioritarios, tanto para España y para la Unión Europea, es aumentar las cifras de devolución y expulsión de migrantes irregulares, que se mantiene en las cifras más bajas de la serie desde que se tienen registros. Una cuestión que no solo se está tratando con Marruecos, sino también con otros 30 países con los que se mantienen acuerdos de devolución.
Las cifras de entradas de irregulares han bajado a niveles de 2017, y las Islas Canarias han podido respirar tranquilas después de dos años de continuos desembarcos. No obstante, Marruecos y el Sáhara Occidental, controlado por Rabat, siguen siendo los principales puntos de salida de las embarcaciones.
En 2022, el 42% de los migrantes que llegaron eran marroquíes, seguidos de los argelinos (21%) y los senegales (10%). Aunque el Ministerio del Interior no publica estos datos para no “molestar a los países de origen”, estas cifras constan en un informe llevado a cabo por la Unión Europea.
Precisamente, Marruecos es uno de los países más azotados por el impacto de la pandemia en sectores como el turismo y la agricultura. Las sequías provocadas por el cambio climático y el agotamiento del régimen son algunas de las razones que están llevan a los marroquíes a emigrar, tal como publica un informe de The Global Initiative.
Según esta plataforma, los ciudadanos que intentan llegar a España desde Marruecos suelen ser del norte del país, de la zona del Rif, un territorio con una gran tasa de pobreza que se muestra contrario al régimen actual. The Global Initiative asegura que “el Gobierno marroquí estaría tolerando tácitamente los movimientos de personas de la región del Rif para limitar el riesgo de inestabilidad”.
Los retornos se estancan
Pese a ser uno de los principales puntos de acción de la Unión Europea y de España, los retornos se han estancado. La pandemia complicó las devoluciones por las restricciones de movimiento, y dos años después, los retornos se mantienen en cifras bajas porque los países de origen no colaboran con la UE.
Según la oficina de estadística Eurostat, en 2021 solo se ejecutaron el 21% de las más de 342.000 órdenes de retorno emitidas en toda la UE. De los casi 22.000 marroquíes a los que se les abrió un expediente para devolverlos a su país, apenas se retornaron unos 2.000.
Pese a que según el Ministerio del Interior español, España es uno de los países con “mayor capacidad de retorno”, los datos no parecen avalar esta afirmación pues de los 42.597 expedientes que se abrieron en 2021, solo se ejecutaron 3.594, es decir, solo un 8,4% del total. Un número bastante bajo si se compara con las cifras previas a la pandemia cuando se devolvían entre 9.000 y 11.000 migrantes al año. De hecho, en la lista de Eurostar de países que más devuelven, Francia, Italia, Grecia, Alemania o Bélgica devuelven más que España.