El pasado 5 de octubre, el joven Timcite Mohammed El Amine se subió a una patera en el puerto de Orán con la intención de llegar a las Islas Baleares. Ese es el último día que su familia supo de él.
“Timcite salió de Orán el 5 de octubre a las dos de la madrugada. Se marchó sin decirme nada. Avisó a su hermana con un mensaje de móvil cuando ya estaba en la barca, justo antes de salir. Le pidió que le perdonáramos, pero que tenía que marcharse. Y desde entonces no hemos vuelto a saber nada de él”, cuenta Brahim El Amine en una entrevista con El periódico de España.
Es el padre de Timcite, el joven desaparecido que se embarcó rumbo a España para operarse de una enfermedad grave en un centro privado de Málaga. “Se sometió a una operación quirúrgica en Argelia que no salió bien y para tratarse tenía que salir al extranjero”.
“Por lo que sabemos hizo una reserva con dinero en un centro de Málaga y en uno de París. Suponemos que la idea era desembarcar en Mallorca y desde allí continuar el viaje hacia Málaga o Francia”, relata su padre que lamenta que la única opción de su hijo fuese la patera ya que “pidió un visado para entrar en España por razones humanitarias y se le denegó”.
Pese a que el rastro de Timcite y de los catorce jóvenes que le acompañaban se perdió hace cinco meses, su padre no pierde la esperanza. Ahora cuentan con la ayuda de Yassine Labiad, un abogado en Mallorca que se denuncia el “desinterés” de la Policía Nacional y de la administración local por las desapariciones en las rutas migratorias.
“Cinco meses después las familias desconocen si están vivos, muertos o en la cárcel. Es muy extraño que no hayan dado noticias porque antes de salir se memorizan los teléfonos de sus familia y su número de pasaporte”, subraya Labiad.
Según los datos de la Policía Nacional, sí que se registró la llegada de varias pateras a Baleares después del 5 de octubre. Aunque Orán está más cerca de Málaga que de las islas, según un informe presentado por la ONG Caminando fronteras, los migrantes están tomando rutas cada vez más largas y peligrosas para intentar llegar a la Península porque están menos vigiladas.
Ninguno superaba los 30 años
Lo único que se sabe de la embarcación es que en ella viajaban catorce hombres y una mujer. “Les pedí fotos recientes y qué ropa llevaban al embarcar. Me interesa mucho saber qué les ha pasado a estos chicos. Todos tienen entre 19 y 25 años”, asegura el abogado.
En Murcia también se ha interpuesto una denuncia por la desaparición de Timcite porque allí vive un primo de la familia. “Queremos saber qué le ha pasado”, explica su padre, “puede que le detuvieran y esté en la cárcel. También nos han llegado rumores sobre una ONG que intercepta pateras en la mitad de su recorrido y después los chicos desaparecen”.
El padre dice desconocer si su hijo pagó a una mafia para poder subirse a la patera, pero lo que sí sabe es que no conocía a sus compañeros de viaje. “Nadie se lanza al mar sin necesidad porque es un viaje de vida o muerte. Tienen una gran necesidad y el primero que sube se va después de pagar miles de euros”, asegura el abogado que lamenta la indiferencia de los países europeos.