Los miembros del parlamento de la Unión Europea han aprobado varias propuestas relacionadas con la migración, que influirán en la posición del bloque sobre esta cuestión.
Entre estas propuestas se incluye una que obliga a los estados miembros a compartir la responsabilidad de acoger a los migrantes en momentos de alta llegada. Las negociaciones con los estados miembros comenzarán después de esta votación y los miembros de la UE tienen un año para reformar su sistema de asilo antes de las elecciones de mayo de 2024.
“Si perdemos esta oportunidad de hacer las cosas bien, no creo que tengamos otra”, dijo la agencia de noticias Associated Press citando al legislador socialista español Juan Fernando López Aguilar.
Según algunos diplomáticos, todavía no se han realizado avances en la cuestión de la reubicación obligatoria de los migrantes. En cualquier caso, algunos legisladores creen que esta es una oportunidad importante para abordar el problema de la migración en Europa antes de que sea demasiado tarde.
¿Qué implica esta nueva propuesta?
Los legisladores de la UE han propuesto un mecanismo de crisis para compartir la responsabilidad de los inmigrantes en caso de una llegada masiva en un país de la UE. Los migrantes podrían ser reubicados basándose en vínculos significativos con otros estados miembros, como lazos familiares o estudios previos.
Esto desalentaría a los inmigrantes de buscar mejores lugares para establecerse en el futuro y prolongar el problema.
Los países mediterráneos de la UE, como Italia, Grecia y Malta, han pedido compartir la carga, pero otros miembros rechazan las cuotas obligatorias de migrantes. Polonia y Hungría ofrecen apoyo financiero y de equipo, pero se niegan a recibir a los recién llegados.
¿Por qué la Unión Europea necesita un nuevo sistema de asilo?
La llegada de más de un millón de migrantes en 2015, principalmente de Siria en busca en busca de refugio, expuso las debilidades del sistema de migración y asilo de la UE, ya que las instalaciones de recepción de Grecia e Italia se vieron abrumadas.
La UE trató de subcontratar el problema y llegó a un acuerdo de 2016 en Turquía, que resultó ser muy controvertido. A pesar de los confinamientos por la pandemia, las llegadas al Mediterráneo aumentaron en 2022 con 330.000 llegadas no autorizadas, y ahora se están considerando soluciones previamente descartadas, como la construcción de vallas fronterizas y la evaluación de las solicitudes de asilo de las personas fuera del continente.