“Después de todo lo que has pasado, ¿volverías a hacer el mismo viaje?”, pregunta Thimbo Samb. “No, vida solo hay una y no lo volvería hacer”, contesta Umar Ousman en la oficina que tiene en Barcelona de su asociación NASCO Feeding Minds.
Un proyecto con el que pretende dar trabajo y formación a los niños de Ghana para evitarles el terrible viaje por el que pasó él para llegar a Europa, aquel lugar lejos de su pueblo y de sus padres que creía que era el “paraíso”.
“Europa no es el paraíso”, esa es la primera lección que aprendió un Umar de apenas 17 años que tuvo que vivir en la calle para poder sobrevivir en este “país de blancos” en el que la gente ni siquiera le miraba cuando pasaban a su lado y le veían sentado en las calles de Barcelona. Solo una persona, aquella mujer que después se convertiría en su madre adoptiva, fue la única que le vio y entendió su situación.
De esto ya ha pasado mucho tiempo, ahora Umar es un ciudadano barcelonés que tiene muy claros sus principios, que entiende de dónde viene el miedo y el racismo que tanto ha sufrido en su vida y que sabe que el mundo puede cambiar.
Es por ello que en 2012 fundó la asociación NASCO Feeding Minds y continúa trabajando en proyectos que permitan a los jóvenes africanos, ya sean de Ghana o de cualquier otro país, salir adelante sin tener que dejar atrás sus hogares.
Una entrevista de The Migration Route con Thimbo Samb.